SER Y TRASCENDER

Sé para el pobre un tesoro,

para el rico, un amonestador.

No seas injusto con nadie,

y a todos muestra mansedumbre.

Sé como una lámpara
para quienes andan en tinieblas,

una alegría para los entristecidos,

un mar para los sedientos,

y un asilo para los afligidos.

Sé ojos para el ciego,

y una luz de guía para los que yerran.

Sé una corona sobre la frente de la fidelidad,

un rocío para la tierra del corazón humano,

un arca en el océano del conocimiento,

una luz refulgente en el firmamento de tu generación,

y un fruto del árbol de la humanidad.

Bahá’u’lláh,