jueves, 30 de diciembre de 2010

FIN DE AÑO


Señor, Dios, dueño del tiempo y de la eternidad,
tuyo es el hoy y el mañana, el pasado y el futuro.
Al terminar este año quiero darte gracias
por todo aquello que recibí de TI.
Gracias por la vida y el amor, por las flores,
el aire y el sol, por la alegría y el dolor, por cuanto
fue posible y por lo que no pudo ser.
Te ofrezco cuanto hice en este año, el trabajo que
pude realizar y las cosas que pasaron por mis manos
y lo que con ellas pude construir.
Te presento a las personas que a lo largo de estos meses amé,
las amistades nuevas y los antiguos amores,
los más cercanos a mí y los que estén más lejos,
los que me dieron su mano y aquellos a los que pude ayudar,
con los que compartí la vida, el trabajo,
el dolor y la alegría.
Pero también, Señor hoy quiero pedirte perdón,
perdón por el tiempo perdido, por el dinero mal gastado,
por la palabra inútil y el amor desperdiciado.
Perdón por las obras vacías y por el trabajo mal hecho,
y perdón por vivir sin entusiasmo.
También por la oración que poco a poco fui aplazando
y que hasta ahora vengo a presentarte.
Por todos mis olvidos, descuidos y silencios
nuevamente te pido perdón.
En los próximos días iniciaremos un nuevo año
y detengo mi vida ante el nuevo calendario
aún sin estrenar y te presento estos días
que sólo TÚ sabes si llegaré a vivirlos.
Hoy te pido para mí y los míos la paz y la alegría,
la fuerza y la prudencia, la claridad y la sabiduría.
Quiero vivir cada día con optimismo y bondad
llevando a todas partes un corazón lleno
de comprensión y paz.
Cierra Tú mis oídos a toda falsedad y mis labios
a palabras mentirosas, egoístas, mordaces o hirientes.
Abre en cambio mi ser a todo lo que es bueno
que mi espíritu se llene sólo de bendiciones
y las derrame a mi paso.
Cólmame de bondad y de alegría para que,
cuantos conviven conmigo o se acerquen a mí
encuentren en mi vida un poquito de TI.
Danos un año feliz y enséñanos
a repartir felicidad . Amén


martes, 14 de diciembre de 2010

SER LUZ

Había una vez,
hace cientos de años,
en una ciudad de Oriente,
un hombre que una noche
caminaba por las oscuras calles
llevando una lámpara de aceite encendida.
La ciudad era muy oscura
en las noches sin luna como aquella.
En determinado momento,
se encuentra con un amigo.
El amigo lo mira y de pronto lo reconoce.
Se da cuenta de que es Guno,
el ciego del pueblo. Entonces, le dice
¿Qué haces Guno, tú ciego,
con una lámpara en la mano?
¡Si tú no ves!
Entonces, el ciego le responde:
Yo no llevo la lámpara para ver mi camino.
Yo conozco la oscuridad de las calles de memoria.
Llevo la luz para que otros encuentren su camino
cuando me vean a mi...
No sólo es importante la luz que me sirve a mí,
sino también la que yo uso
para que otros puedan también servirse de ella.

jueves, 9 de diciembre de 2010

Un sueño...


"Tuve un sueño José. No lo pude comprender,
pero creo que se trataba del nacimiento de Nuestro Hijo.
Creo que sí, era acerca de eso. Fue como una pesadilla,
pues en el nacimiento de mi Hijo nadie lo tenia a El en cuenta,
era como si lo mas importante fueran los del mundo.

La gente estaba haciendo los preparativos
con seis semanas de anticipación.
Decoraban las casas y compraban ropa nueva.
Era muy peculiar, ya que los regalos no eran para nuestro Hijo.
Los envolvían con hermosos papeles
y los ataban con preciosos moños,
y todo lo colocaban debajo de un árbol.

Sí, un árbol, José, dentro de sus casas.
Esta gente estaba decorando el árbol también.
Las ramas llenas de esferas y adornos que brillaban.
Había una figura en lo alto del árbol.
Me parecía ver un ángel.
¡Oh! era verdaderamente hermoso.

Toda la gente estaba feliz y sonriente.
Todos estaban emocionados por los regalos,
se los intercambiaban unos con otros.
José, no quedó alguno para nuestro Hijo.
Sus regalos eran lujosos, y bebian, se emborrachaban
y nadie miraba al protagonista de esta fiesta,
.
La cena eran para invitados importantes,
todos con lujosos vestidos y hombres muy elegantes,
y nadie se atrevía a mirar a mi Santísimo Hijo,
sonaron las campanas y se daban abrazos entre ellos,
pero a mi Hijo nadie lo abrazo, 
nadie se acordó de mi Hijo,
fue una pesadilla al ver que mi Hijo era ignorado
por aquellos a que Dios les ha concedido la gracia de vivir,
de trabajar, de gozar de buena salud,
y nadie lo tenia encuenta.

Como duele ver que muchos de mis hijos
hoy no se acuerdan del quien les dio la vida,
del quien murió en la Cruz por la salvación del mundo,
para ellos es mas importante las cosas terrenas que las celestiales.
Hoy después de dos mil años
muy pocos celebran una navidad Santa.
José, el amor por mi Hijo se ha perdido, en las personas,
el dinero, la fama, los primeros puestos,
los títulos y el poder,el buen nombre dominan,
mis servidores no trabajan por las almas,
sino por ser aplaudidos, y reconocidos como grandes,
cuando ni siquiera sus nombres están escritos en el cielo,
porque sus obras son muertas ya que no las hacen
por amor a mi Hijo, ni por amor al prójimo.

Este mundo se ha perdido en las tinieblas
y no quieren buscar la única luz
que los ayuda a salir de esa oscuridad.
Pobres de mis hijos,
no comprenden que todo esto es pasajero
Este sueño es una realidad
que veo a diario en mis hijos mas queridos,
muchos de ellos solo piensan en vivir
una navidad llena de regalos
y mis otros hijos? los desplazados, los enfermos,
los despreciados, los mas pequeños?
quien se acuerda de ellos?

Sabes? creo que ni siquiera lo conocen,
pues nunca mencionaron su nombre.
¿No te parece extraño que la gente
se meta en tantos problemas
para celebrar el cumpleaños de alguien
que ni siquiera conocen?
no lo llaman por su nombre,
sino le ponen apelativos irrespetuosos,
como chuchito, muñeco, man, vacano,
pero nadie lo llama como es,
mi Santísimo Hijo, el Altísimo.
Tuve la extraña sensación de que
si nuestro hijo hubiera estado en la celebración
 hubiese sido un intruso solamente.
.
Mi dolor es general por todos mis hijos
porque soy su Madre
y los amo, todos son mis hijos, feos,
buenos y malos, pobres y ricos,
todos son mis pequeños, pero es triste ver
que ellos no quieren ver mi amor por ellos,
me desconocen como desconocen a mi Hijo.

Qué tristeza para mi Hijo,
no querer ser deseado en su propia fiesta de cumpleaños,
como el protagonista de esta navidad.

Este sueño se ha convertido en una pesadilla para mi
porque continúan los sacrilegios, las blasfemas y las burlas
y mis pequeños celebrando una navidad pagana,

José ojala esto fuera un sueño, solo un sueño,
y fue mi madrecita cerrando sus ojos.
Y José contemplo a María,
mientras mi Madrecita se dormía de nuevo,
una lágrima corría por su mejilla.