lunes, 24 de mayo de 2010

DROGAS


El arte de vivir del hombre deseador
es un arte marcial 
con el fin de poder contrarrestar
la violencia de las pulsiones ..

Es una violencia amenazadora
porque los deseos no tienen límites ,
y son imposibles de satisfacer....
¡¡son insaciables..!!

El carácter despótico
y exigente 
de las inclinaciones 
que esclavizan al hombres
se especifican con esta expresión semántica
siempre quieren más..!!

Dominan con tanta violencia 
sobre los hombres 
que mientras son jóvenes
y capaces de trabajar
los obliga a entregarles 
todo el fruto de su trabajo 
y a pagar para satisfacer
sus propios anhelos..

Personificados como dueños
los deseos se hallan por así decir
ridiculizados como deseos 
en su alteridad 
y en su existencia objetiva,
y se enfrentan al sujeto y objeto 
reclamandole todo.

El deseo no aporta nada.....
en cambio toma todo..!!

Los deseos nunca quedan satisfechos
y en consecuencia una vez librados a ellos
lo arrastran al individuo a un terreno
lejos de toda reflexión 

El deseo de placer es insaciable 
y todo excita al individuo
desprovisto de razón.


El ejercicio del anhelo
aumenta su fuerza innata 
y si estos anhelos son intensos 
y muy numerosos,
pueden incluso excluir la reflexión 

El horizonte del deseo
en si mismo es imposible de saciar..!!

Para el drogadicto,
el interés de la droga
reside en  que crea hábito,
y este hábito lleva al hecho
de no poder prescindir de ella...
se convierte en el placer en si mismo..!!

El placer aparece en definitiva 
desenmascarado...
como deseo imperioso...
doloroso y continuo 

El ansia de droga es insaciable
y nunca da lugar a satisfacción
en cambio engancha al drogadicto
en un círculo mortal
que lo lleva a su propia
y total aniquilación.

La droga en una huida ante el deseo..
la negación de una naturaleza insatisfecha,
la ilusión de que es posible 
encontrar los objetos adecuados
para poder ser feliz..!!












Dra.Giulia Sissa  


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