En el corazón que ama a DIOS
se levanta la Civitas Pacis
que ningún ruido exterior
forma o modo del mundo puede turbar
ni atacar por sorpresa.
Nada ni nadie fuera de nosotros
puede si nosotros no lo queremos
atentar contra nuestra paz interior...
solo depende de nuestra actitud
para con DIOS....
en EL debemos esperar y confiar..!!
Es verdad que el recuerdo
de nuestras maldades turban
nuestra mente y nuestro corazón,
pero si nos hemos arrepentido
de haber sido nosotros causantes del mal
en el orden perfecto del universo
debemos saber que ya estamos perdonados
y que estas son solo sombras de pasado
que no pueden ni deben robarnos la paz.
Tampoco lo debe hacer el desaliento,
porque si conociéramos los tesoros insondables
que DIOS tiene guardado para nosotros,
solo puede en nuestra vida
reinar la esperanza y la paz .
No puede ser la muerte
tampoco aquella que nos turbe la paz,
porque el alma que ha vivido
una vida cerca de DIOS
cumpliendo sus mandatos
y enseñando el bien a los demás,
jamás deberá temer a la muerte;
Ella solo es....
el cruce del puente a la otra orilla
donde estarán nuestros seres queridos
aguardandonos para llevarnos
a las coros celestiales
donde adoraremos y glorificaremos
a DIOS por toda la eternidad,
por el regalo maravilloso de la vida
y el don maravillo de su Amor..!
Gustavo Manuel
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