miércoles, 18 de julio de 2012

DECALOGO DEL SERVIDOR DE LOS ENFERMOS



"Decálogo de los Servidores de los Enfermos"

Honra la dignidad y sacralidad de mi persona,
imagen de Cristo, por encima de mi fragilidad y limitaciones.

Sírveme con amor respetuoso y solícito:
con todo tu corazón, con toda tu inteligencia,
con todas tus fuerzas y con todo tu tiempo.

Cuídame como tú quisieras ser atendido,
o como lo harías con la persona más querida
que tengas en el mundo.

Sé voz de los sin voz: hazte defensor de mis derechos,
para que sean reconocidos y respetados.

Evita toda negligencia que pueda poner en peligro
mi vida o prolongar mi enfermedad.

No frustres mi esperanza con tu afán e impaciencia,
con tu falta de delicadeza y competencia.

Soy un todo, un ser integral: sírveme así.

No me reduzcas a un número o a una historia clínica,
y no te limites a una relación puramente funcional.

Conserva limpios tu corazón y tu profesión:
no permitas que la ambición
y la sed de dinero los manchen.

Preocúpate por mi pronta mejoría;
no olvides que he venido al hospital
para salir recuperado lo antes posible.

Compadecete de mis angustias y sufrimientos:
aunque no puedas quitarme el dolor, acompáñame.

Me hace falta tu gesto humano y gratuito
que me hace sentir alguien y no algo,
o un caso interesante.

Y cuando hayas hecho todo lo que tienes que hacer,
cuando hayas sido todo lo que debes ser...,
no olvides darme las gracias.

de San Camilo de Lelis

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