Un maestro de novicios le pregunto a sus discípulos:
¿Que opinión debe importarle más a un hombre?La de los otros hombres, respondió un disicipulo
La de su familia, respondió otro.
La de sus amigos, aventuró un tercero.
Entonces el maestro les dijo a sus discipulos:
Todas esas opiniones son muy importantes,
pero ninguna más que la propia opinión.
A los demás los podemos engañar,
a nosotros mismos no.
Tarde o temprano la verdad llega con su luz.
Entonces nos vemos cuales somos
y nos juzgamos sin error.
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