La vida interior
es para cada uno de nosotros lo único necesario,algo mucho más indispensable que lo que llamamos
vida intelectual, artística o literaria;
pues sin verdadera vida interior,
el hombre no puede tener una influencia social
buena, profunda y duradera...
Cuando el querer fundamental de un hombre
alcanza el bien, objeto de la virtud;
cuando el hombre quiere no sólo por veleidad
sino de modo eficaz el mismo bien
o el deber más que la delectación,
puede decirse entonces que ese hombre
ya tiene un cierta vida interior...
(Reginald Garrigou Lagrange)
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