viernes, 2 de septiembre de 2011

MORIR CON DIGNIDAD

La dignidad de la persona humana es intocable,
como lo son sus derechos.
Es un derecho de la persona,
ecidir sobre los cuidados clínicos que se le aplican.
Ningún médico está obligado a alargar la vida
a cualquier precio, en un proceso terminal de larga data,
y aquí estamos hablando unicamente,
de aquellos pacientes que se encuentran al final de su vida
y camino a una muerte próxima.
Hay tiempo para vivir y para morir,
y no se debe retrasar artificialmente la partida.
Que mejor que una despedida aceptada
con entrega y confianza, sin desesperación.
Precisamente porque estoy convencido de que estoy
 destinado a otra vida nueva, tengo como cristiano,
la libertad otorgada por DIOS de morir dignamente.
Si DIOS ha confiando la vida entera
a la responsabilidad del ser humano,
ha de ejercerla también sobre la fase final de su vida.
Pues quien confia en DIOS,
confia en que no acaba todo con la muerte.
A la luz del único Eterno,
capaz de concedernos la profunda eternidad,
la muerte de la vida perecedera,
es trascendencia a una vida eterna en DIOS.-
Hans Kung.(Teólogo)

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