La "libertad" es un concepto
que se presta a la máxima confusión,
tanto en los adultos como en los jóvenes.
En nombre de la "libertad" hombres y mujeres
desprecian la fidelidad conyugal
y ciertos jóvenes
abandonan completamente a sus padres.
En nombre de la "libertad", l
a prensa sensacionalista
publica las peores mentiras.
En nombre de la "libertad",
al aparecer el peligro
la gente se encierra en su propia cáscara.
Se vive demasiado
a la medida de los propios caprichos
y del propio miedo.
Es la libertad cultivada
y adorada por los egoístas.
Ella conduce directamente a la jungla,
a la tiranía del más fuerte,
del más astuto, del más insolente.
Solamente en un clima de amor,
el término "libertad" se llena de sentido,
de valor y de gozo.
De hecho, en este mundo,
la primacía absoluta no debe darse a la libertad,
sino al amor.
Quien ama se abre a los demás
y les da poder sobre sí mismo,
restituyendo así un pedacito de su libertad.
El amor nos vuelve libres para el bien y la belleza,
para las alegrías verdaderas
y profundas de la vida.
¡Quien habita en el vientre del becerro de oro
descubre que está en una angosta prisión
y merece ampliamente el propio castigo!
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