La emoción más hermosa y más profunda
que podemos experimentar es la sensación mística,
semilla de toda ciencia auténtica..
Aquel que es ajeno a esta emoción,
que no tiene la posibilidad de admirarse
y de ser sacudido por este respeto, ...
es como si estuviera muerto..
Saber que aquello que resulta impenetrable
para nosotros existe realmente
y se manifiesta a través de la más alta sabiduría,
la más espléndida belleza..
Sabiduría y belleza que nuestras facultades
sólo pueden comprender en su forma primitiva..
Este conocimiento, este sentimiento,
es el centro de la verdadera religión..
En cuanto mi religión consiste
en una humilde admiración
hacia el Espíritu superior y sin límites
que se revela en los pequeños detalles
que podemos percibir en las cosas
con nuestros espíritus falibles y frágiles..
Esta profunda convicción de la presencia
de una razón superior y potente,
revelándose en la inmensidad del universo,
es mi idea de Dios"
ALBERT EINSTEIN