martes, 17 de agosto de 2010

SOLO POR HOY



Sólo por hoy seré feliz.
La felicidad es algo interior,
no es asunto de fuera.
Sólo por hoy trataré de ajustarme
a lo que es y no trataré de ajustar
todas las cosas a mis propios deseos.
 Aceptaré a mi familia,
mis negocios y la casualidad como son
y procuraré armonizar con todo ello.
Sólo por hoy cuidaré de mi organismo.
Lo ejercitaré, lo atenderé,
lo alimentaré, no abusaré de él
ni lo abandonaré,
procurando que sea
una máquina perfecta para mis cosas.
Sólo por hoy,
trataré de vigorizar mi espíritu,
aprenderé algo útil,
no seré un haragán mental,
leeré algo que requiera esfuerzo,
 meditación y concentración.
Sólo por hoy
ejercitaré mi alma de tres modos:
Haré a alguien algún bien
sin que lo descubra,
y haré dos cosas
que no me agrade hacer,
sólo por ejercitarme.
Sólo por hoy
 seré agradable,
tendré el mejor aspecto posible,
me vestiré con la mayor corrección
a mi alcance, hablaré en voz baja,
me mostraré cortés,
seré generoso en la alabanza,
no criticaré a nadie,
ni encontraré defectos en nada
y no intentaré dirigir ni enmendar
los planes del prójimo.
Sólo por hoy
trataré de vivir únicamente este día
sin abordar a la vez
todo el problema de mi vida.
Puedo hacer en doce horas
cosas que me espantarían
si tuviera que seguir
haciéndolas toda mi vida.
Sólo por hoy
tendré un programa.
Consignaré por escrito
lo que espero hacer cada hora.
Quizá no siga exactamente
el programa, pero lo tendré.
Eliminaré dos plagas:
la prisa y la indecisión.
Sólo por hoy
tendré media hora tranquila
de soledad y descanso.
En esa media hora
pensaré a veces en lo Divino
a fin de conseguir
una mayor perspectiva para mi vida.
Sólo por hoy
no tendré miedo y especialmente
no tendré miedo de ser feliz,
de disfrutar de lo bello,
de amar y de creer
que los que amo, me aman.

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