es una condición de otro bien más alto
que es la felicidad y puede sostenerse
que ésta es acaso una doctrina peligrosa,
pues si la libertad no es un fín en sí misma,
es posible abandonarla cualquier día
en que ese bien más alto,la felicidad
pueda obtenerse por algún otro medio.
La respuesta a esto es,
naturalmente obvia:
tal cosa es imposible porque nadie
puede ser feliz a menos que sea libre
tanto física como espiritualmente.
Se engañan a sí mismo los que creen
que puede crearse una sociedad nueva
de felicidad humana por la distribución
colectiva de los bienes materiales,
sin preservar la condición fundamental
de la felicidad misma...
la libertad tal como la conocen y la aman
los hombres libres.
Lin Yutang
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