¿Quién eres, hombre?
¿En qué te has convertido?
¿Cómo has sido capaz de tal horror ?
¿Qué te ha hecho caer tan bajo?
Seguramente no ha sido el polvo
de la tierra del que estás hecho..
El polvo de la tierra es bueno,
porque es obra de mis manos..
Tampoco ha sido el aliento
de vida que soplé en tu nariz..
Ese soplo viene de Mí;
y es muy bueno (cf. Gn 2,7).
Este abismo no puede ser
obra de tus manos ni de tu corazón..
¿Quién te ha corrompido?
¿Quién te ha desfigurado?
¿Quién te ha contagiado
la presunción de apropiarte
del bien y del mal?
¿Quién te ha convencido
de que eres dios?
No sólo has torturado
y asesinado a tus hermanos,
sino que te los has ofrecido
en sacrificio a ti mismo,
porque te has erigido en dios...
Papa Francisco
Yad Vashem,
Memorial del Holocausto
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