Un Monje sabio llegó a la ciudad de Akbar.
La gente no dió mucha importancia a su presencia y sus enseñanzas interesaron a muy pocos.
Incluso después de algún tiempo,
llegó a ser motivo de risas y burlas
de los habitantes de la ciudad.
Un día, mientras paseaba por Akbar,
un grupo de hombres y mujeres
empezó a insultarlo.
En vez de fingir que los ignoraba,
el Sabio se acercó y los bendijo.
Entonces,
uno de los hombres le dijo al sabio:
¿Es posible que además, sea usted sordo?.
Gritamos cosas horribles
y usted nos responde con bellas palabras
y nos bendice...??
y el Sabio le respondió...
Cada uno de nosotros sólo puede ofrecer lo que tiene.
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