Hoy son criterios de vida : la inmediatez, la eficacia y la rapidez.
Por contraste, la vida de fe es lenta y exige una constancia sobrehumana,su adelanto es oscilante y no se le puede comprobar con métodos exactos;
a veces nos sentimos defraudados, confusos y como perdidos en una selva.
Los tiempos de Dios no son nuestros tiempos, ni sus caminos nuestros caminos.
Y sin embargo, siempre se las arregla para que lo encontremos.
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