Están los que se hacen tatuajes
y llevan amuletos contra la mala suerte.
Están los que hacen promesas
y creen en supersticiones de todo tipo.
Y están los que siguen corriendo
cuando las piernas le tiemblan.
Están los que siguen jugando,
a pesar de que ya no tienen aire.
Los que siguen luchando,
cuando todo parece perdido,
porque están convencidos
de que la vida es un desafío en sí misma.
Saben que el dolor pasa...
El sudor se seca...
El cansancio se termina...
Saben que hay algo que nunca desaparecerá:
La satisfacción de lograr un sueño
Sus cuerpos tienen los mismos músculos,
y por sus venas corre la misma sangre,
pero lo que los hace diferentes es su espíritu,
y la determinación de alcanzar la cima,
una cima a la que no se llega superando a los demás,
sino superándose a uno mismo.
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