Como las gaviotas y las olas
nos encontramos y nos unimos.
Se van las gaviotas volando,
se van rodando las olas;
y nosotros también nos vamos.
Si de noche lloras por el sol,
no verás las estrellas.
La luz del sol me saluda sonriendo.
La lluvia, su hermana triste,
me habla en el corazón.
Si echo mi misma sombra en mi camino,
es porque hay una lámpara
en mí que no ha sido encendida.
Tu sol sonríe en los días
de invierno de mi corazón,
y no duda jamás de las
flores de su primavera.
Cuando el día cae, la noche
lo besa y le dice al oído:
'Soy tu madre la muerte,
y te he de dar nueva vida'.
El misterio de la vida es
tan grande como la sombra en la noche.
La ilusión de la sabiduría
es como la niebla del amanecer.
Leemos mal el mundo,
y decimos luego que nos engaña.
Rabindranath Tagore
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