El pobre velo de mi corazón ha envejecido...
la usura del tiempo me lo ha dejado
más transparente y más dulce...
La árida tensión y el monótono equilibrio de la carne y del espíritu.
el cansancio que sucede a las victorias del alma
y el remordimiento de los triunfos del cuerpo..
todo eso queda ahora como un vago recuerdo de un mal sueño
Mi espíritu se ha hecho carne y mi carne se ha convertido en espiritu
En la embriaguez de los sentidos he vuelto a descubrir la inocencia
y la dicha me ha enseñado el valor de la humildad...
El tiempo ha aceptado mi desafio y en la certidumbre de la derrota
una sola esperanza me queda....y es que el DIOS que me creó
a su imagen y semejanza me perdonara que en sus criaturas finitas
nunca haya amado más que su imagen infinita..
porque te juro que jamás he amado
y he buscado a nadie más que a Tí
que eres la inocencia infinita..!!
Gustave Thibon
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