somos perpetuamente deseadores.
Las cosas nos deslumbran
por su capacidad de satisfacernos
y el cuerpo nos hace sentir
nuestros bienes y nuestros males
implicándonos continuamente
en infinidades de percepciones.
La filosofía sitúa en el centro
de la reflexión ética la afirmación
de que la naturaleza del deseo es insaciable.
El refuerzo de la inquietud
derivado de la ansiedad,
cuya versión moderna
corresponde a los fenómenos de dependencia,
se ha considerado como la verdad
de todo deseo humano .
Todos cuantos están en el mundo
buscan anular la preocupaciones
negociando con la insuficiencia
y la contrariedad del sufrimiento.
El placer, principio fundamental
de la vida psíquica, se transforma
en un narcótico que además de la cesación
del dolor físico, actúa como sedante
para el malestar existencial.
Al inicio, esta búsqueda insistente del placer
es recompesada generosamente
por un periodo de felicidad,
pero con las reiteraciones y el hábito adquirido,
el placer se transforma en un elemento negativo
de tal manera que los dias empiezan
a estructurarse en función
de una sola preocupación.
el placer....!!.
como analgésico.....como quitapesares..!!
La trampa de las drogas en todas
sus formas......sabores y colores
reside en su poder de producir
una voluptuosidad instantanea,
que aisla del mundo
y que de la noche a la mañana
GIULIA SISSA
SOCIOLOGA
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Podés dejar tus intenciones y pedido de oraciones